OCÉANO DE PAZ

Si no quieres pelearte por colocar la toalla ni esquivar los balonazos, lo que motiva tu sentir es el Atlántico: olerlo, empaparte de su agua salada. Sube al coche en busca de esa playa escondida de la que tanto te han hablado, que merecerá la pena. Nunca el mar tuvo un olor tan intenso. Pasea junto al agua marina y pierde la vista en el horizonte, que ¡esto es paz! Sin darte cuenta, descubres un spa natural.

¿Qué mejor masaje para los pies que caminar sobre los callaos mientras el agua los refresca? El yodo y las sales son un tratamiento natural que cuida la piel; nadar en el océano estimula la circulación y tonifica los músculos. Y todo ello en el incomparable marco de un paisaje volcánico que cautiva los sentidos: Charco La Laja, El Bollullo, Benijo, Playa Grande…